El score crediticio es solo un indicador inicial de riesgo, pero no explica la historia completa detrás de una solicitud de crédito.
Los prestamistas profundizan en múltiples variables para tomar decisiones más justas y precisas.
La evaluación del riesgo crediticio es un proceso riguroso destinado a calcular la probabilidad de que un prestatario incumpla sus pagos.
Para ello, los analistas combinan diversas fuentes de información:
En el caso de empresas, se incorporan elementos adicionales como política de autonomía financiera, planes de negocio y modelos internos de calificación (scorecards, Z-score de Altman, entre otros).
Para estructurar su análisis, muchos bancos y financieras clasifican los factores en cinco pilares fundamentales:
A menudo, la efectiva capacidad de pago se considera más determinante que el score, pues refleja la realidad financiera instantánea del solicitante.
El análisis personal parte de la relación cuota/ingreso mensual neto, que mide la carga de deuda frente a los ingresos disponibles.
Como práctica habitual, los bancos aconsejan que esta carga no supere entre el 30% y el 40% del ingreso neto, garantizando liquidez para gastos esenciales y ahorro.
Además, se valoran:
El análisis corporativo se sustenta en documentos clave: balance general, estado de resultados y estado de flujo de efectivo.
El prestamista presta especial atención a la capacidad de generar flujo de caja positivo de manera sostenida y creciente.
Se examina:
Con base en estas estimaciones de flujo de caja futuro, se definen montos, plazos y tasas de interés ajustadas al nivel de riesgo.
Las instituciones evitan excederse en exposiciones riesgosas, por lo que miden el nivel de deuda comparado con activos y capital propio.
En empresas, se revisa el ratio Pasivo/Activo; muchas entidades requieren que la deuda total no supere el 70% del valor de los activos.
Para personas, se suman préstamos, tarjetas y obligaciones financieras frente a los ingresos y el patrimonio.
Si la carga de deuda se dispara, el costo financiero consume utilidades y aumenta la probabilidad de impago.
Contar con rentabilidad no basta si falta caja para enfrentar obligaciones a corto plazo.
Los principales ratios de liquidez son clave para evaluar esta capacidad inmediata:
Estos indicadores revelan si la organización o individuo dispone de margen de seguridad financiero para cubrir imprevistos y obligaciones inmediatas.
El objetivo final de cualquier negocio o proyecto personal es generar utilidades que justifiquen el riesgo asumido.
Se evalúan:
Un solicitante rentable y eficiente resulta más atractivo para recibir condiciones favorables y tasas competitivas.
Superar la barrera del score crediticio implica entender las múltiples dimensiones que evalúan los prestamistas.
Al fortalecer estos aspectos, aumentan las posibilidades de obtener financiación en mejores condiciones.
Solo un enfoque integral, que combine solidez financiera y disciplina en el uso del crédito, garantizará el acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Referencias