El ecosistema financiero atraviesa una etapa crucial de evolución. Tras más de dos décadas de avances digitales, 2024 se erige como un hito al consolidar un crecimiento sostenible y rentabilidad en las fintech. Este artículo analiza las fuerzas que impulsan la segunda ola de transformación fintech, el flujo de capital, el papel de la Inteligencia Artificial y la revolución del Open Banking.
La innovación financiera ya no se limita a desafiar a la banca tradicional: hoy es parte de su columna vertebral. Las entidades financieras y las startups han pasado de verse como rivales a convertirse en socias estratégicas. La colaboración permite digitalizar procesos, automatizar operaciones y responder con mayor agilidad a las demandas de clientes y reguladores.
La transición se sustenta en dos grandes giros:
Este cambio refleja la madurez del ecosistema: la inyección de capital se alinea ahora con la disciplina financiera, priorizando márgenes saludables y modelos de negocio escalables.
La financiación global en fintech registró 24.000 millones de dólares en H1 2025, un alza del 6% respecto al semestre anterior. Este repunte se produce en un contexto donde las valoraciones se han estabilizado, y los inversores son cada vez más selectivos, apostando por soluciones basadas en datos e IA.
En Europa, los fondos destinados alcanzaron 4.400 millones de dólares durante el primer semestre, un crecimiento del 17% frente al periodo anterior. A escala regional, el total anual superó los 6.300 millones de euros, recuperando terreno tras un 2024 más cauteloso.
Además, el Foro Económico Mundial reporta un aumento medio de beneficios del 39% en 2023, mientras que el 69% de las fintech cotizadas ya son rentables. Estos indicadores confirman que la búsqueda de liquidez y eficiencia se traduce en un sector más sólido.
La IA se perfila como la piedra angular de los servicios financieros. Su mercado en fintech superará los 30.000 millones de dólares en 2025, con proyecciones de 83.100 millones para 2030. Esta tecnología no solo optimiza procesos, sino que crea nuevos productos y canales.
Principales casos de uso:
Asimismo, en el universo DeFi, la IA optimiza la gestión de activos tokenizados y fortalece la supervisión de protocolos, reduciendo riesgos y aumentando la confianza.
El concepto ha evolucionado: de Open Banking, que permite compartir datos bancarios mediante APIs, a Open Finance, que integra seguros, pensiones e inversiones. Esta expansión habilita una visión financiera 360° y fomenta la competencia y la innovación de productos.
Por su parte, el embedded finance y Banking-as-a-Service lleva servicios financieros directamente a plataformas de retail, movilidad o salud. Gracias a infraestructuras maduras, empresas no bancarias ofrecen cuentas, tarjetas, pago y seguros sin fricciones.
Este modelo está redefiniendo el mercado: ya no se trata solo de digitalizar el banco, sino de insertar la banca en la vida cotidiana.
La innovación financiera avanza a pasos agigantados, combinando disciplina inversora, avances tecnológicos y colaboración estratégica. Los actores que integren IA, adopten modelos sostenibles y exploten el potencial de Open Finance tendrán ventaja competitiva.
Estamos ante una era donde la banca y las fintech se funden para ofrecer soluciones más accesibles, eficientes y personalizadas. Aprovechar estas tendencias no es opcional: es la clave para liderar el futuro del sector financiero.
Referencias
